Facebook: ¿acabará en negocio o es sólo humo?

He picado el anzuelo. Tras resistirme durante varios meses, finalmente he abierto mi ventana en Facebook. Ya formo parte de lo que su cofundador, Mark Zuckerberg (24 años), ha bautizado el sexto país más poblado del mundo. 175 millones de suscriptores, unos cuantos habitantes menos que Brasil y algunos más que Paquistán. Han pasado cinco años desde que Zuckerberg y compañeros suyos de la Universidad de Harvard crearan un sistema de relaciones sociales en internet para estar comunicados, pasarse chismes, fotos e información, más o menos relevante.

Aunque no cotiza en bolsa, después de que Microsoft comprara un 1,6% de la compañía por 240 millones de euros en octubre de 2007, se valoró la nueva empresa en 15.000 millones de dólares. Hoy, diversos informes surgidos tras una auditoría interna han bajado la valoración hasta 3.700 millones. Tras la mala experiencia de cientos de empresas del sector de internet hay que mantener la cautela. Por el momento, Zuckerberg no se plantea la salida a bolsa. No son tiempos para tocar el primer violín.

Como red social, Facebook tiene su encanto. Permite recuperar relaciones, revivir nostalgias del pasado, conectarse con aquellos compañeros de universidad y de bachillerato de los que no sabes nada desde hace años y mantenerse comunicado con los amigos de medio mundo y la familia más cercana. Cada usuario tiene la capacidad de decidir quién, entre su lista de amigos y colegas, tiene el derecho de ver según qué comentarios e informaciones. Hay personas muy cautas al poner datos personales en su perfil, incluso su foto. Otros, en cambio, no tienen ningún problema en mencionar su marca de coche preferido y todo tipo de aficiones.

Precisamente, el uso que Facebook pueda realizar de la información colgada en sus páginas estuvo a punto de iniciar una revolución de usuarios la semana pasada. La empresa tuvo que retirar su propuesta de que tenía derechos universales y para siempre de todos los datos de los usuarios, se mantengan o no dentro de la red. A las veinticuatro horas dio marcha atrás para volver a insistir en la privacidad de los datos personales.

Supongo que a Zuckerberg lo que más le procupa es cómo generar negocio. El más obvio, a través de la publicidad. Hasta la fecha, hay una publicidad que abarca a unos 100.000 anunciantes que pueden elegir el precio que pagan y el mercado a su medida. Son anuncios clasificados que aparecen continuamente en la derecha de la pantalla. En mi caso, hasta la fecha me sale publicidad de lo más sugerente: eliminar grasa del estómago, buscar chica, ¿necesitas dinero?, test de nivel de inteligencia, intercambio de viviendas, etcétera. Quien lleva más tiempo y ha puesto su año de nacimiento, ya ha sido inundado con venta de camisetas del año en que nació. Quien se hace fan de un producto o servicio también empieza a ser bombardeado con la publicidad que está seleccionando.

Le pregunto -cómo no, a través de Facebook- a Carlos Blanco, empresario del sector de internet, cómo ve el futuro de esta publicidad. Responde: ¿Mandará la publicidad segmentada, aunque suponga meterse en la privacidad de los contenidos de los usuarios para poder saber sus gustos y necesidades. Personalmente no me molesta que Facebook sepa que me he apuntado a un grupo del Audi Q7 o que me he apuntado a muchos grupos de fiestas y eventos en Barcelona.¿

En el ¿personalmente¿ que usa Blanco estará la clave. Por ejemplo, ¿puede ser útil Facebook para recibir información solicitada y exclusiva? Por ejemplo, quiero que me agrupe ofertas de viaje en avión a equis ciudades, información seleccionada sobre itinerarios de viajes, selección de festivales de música en verano, o que me pase toda la información diaria sobre mi comarca (y acepto anuncios de la zona con ofertas especiales para usuario de Facebook). Además, y aquí está la clave, que me permita agregar valor a toda esta información poniéndome en contacto en la red con quien tenga aficiones similares. Quien logre personalizar muy bien la publicidad y la información ganará dinero. Quien no, sólo humo. ¿Será Facebook capaz de lograr ser más que una red de chismes?

Fuente:blogs.expansion.com